El profesor facilitador es aquel cuya tarea fundamental consiste en guiar y ayudar a sus alumnos a conseguir sus objetivos y a alcanzar aquellos resultados de aprendizaje, previamente determinados, en forma de competencias básicas, personales, sociales y profesionales.
Ser profesor facilitador o profesor guía es más difícil que ser un profesor tradicional. Añadir ese rasgo diferenciador al papel estándar del profesional docente exige más tiempo, dedicación y compromiso con su alumnado. Asimismo, ser alumno en este contexto entraña, igualmente, una mayor dificultad. Es preciso que el alumno aporte, asimismo, responsabilidad, iniciativa, autodisciplina, esfuerzo y trabajo colaborativo para aprender, prescindiendo de la tradicional actitud, muchas veces pasiva, de mero receptor de contenidos.Con un planteamiento de este tipo, la diferencia fundamental para el estudiante y para el profesor es que el proceso de enseñanza aprendizaje resulta más entretenido, interesante, atrayente, beneficioso y eficaz. Los alumnos trabajan en pequeños grupos en actividades que ellos mismos han ayudado a escoger y diseñar. El profesor facilitador reconoce necesidades de los estudiantes, tales como sentirse seguros en el grupo, apreciar sus intereses o valorar su trabajo colaborativo colectivo. En definitiva, el estudiante participa activamente en la toma de decisiones relativas al proceso de enseñanza aprendizaje que le afecta.
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